Orígenes de las hojas de cálculo
En 1961 se vislumbró el concepto de una hoja de cálculo electrónica en el artículo Budgeting Models and System Simulation de Richard Mattessich. Pardo y Landau merecen parte del crédito de este tipo de programas, y de hecho intentaron patentar (patente en EE.UU. número 4.398.249) algunos de los algoritmos en 1970. La patente no fue concedida por la oficina de patentes por ser una invención puramente matemática. Pardo y Landau ganaron un caso en la corte estableciendo que "algo no deja de ser patentable solamente porque el punto de la novedad es un algoritmo". Este caso ayudó al comienzo de las patentes de software.
Dan Bricklin es el inventor generalmente aceptado de las hojas de cálculo. Bricklin contó la historia de un profesor de la universidad que hizo una tabla de cálculos en una pizarra. Cuando el profesor encontró un error, tuvo que borrar y reescribir una gran cantidad de pasos de forma muy tediosa, impulsando a Bricklin a pensar que podría replicar el proceso en un computador, usando el paradigma tablero/hoja de cálculo para ver los resultados de las fórmulas que intervenían en el proceso.
Su idea se convirtió en VisiCalc, la primera hoja de cálculo, y la "aplicación fundamental" que hizo que el PC (ordenador u computador personal) dejase de ser sólo un hobby para entusiastas del computador para convertirse también una herramienta en los negocios y en las empresas.
VisiCalc
Daniel Bricklin creó la primera hoja de cálculo de la historia de la informática, VisiCalc.
VisiCalc fue la primera aplicación de hoja de cálculo disponible para computadores personales. Es considerada la aplicación que convirtió el microcomputador de un hobby para entusiastas de la computación en una herramienta seria de negocios. Se vendieron más de 700.000 copias de VisiCalc en seis años.
Orígenes
Concebido por Dan Bricklin, refinado por Bob Frankston, desarrollado por su compañía Software Arts[2] , y distribuido por Personal Software en 1979 (posteriormente llamada VisiCorp para la computadora Apple II, propulsó el Apple de ser juguete de un aficionado a los hobbys a ser una muy deseada herramienta financiera. Esto probablemente motivó a IBM a entrar al mercado del PC, que ellos habían ignorado hasta entonces. Después de la versión del Apple II, VisiCalc también fue lanzado para la familia Atari de 8 bits, el Commodore PET (al igual que el Apple II, ambos basados en el procesador MOS 6502), el TRS-80 (basado en el procesador de Zilog Z80) y el IBM PC.
Según Bricklin, él estaba mirando a su profesor de la universidad en la escuela de Harvard Business School crea un modelo financiero en una pizarra. Cuando el profesor encontraba un error o deseaba cambiar un parámetro, tenía que tediosamente borrar y reescribir un número de entradas secuenciales en la tabla, iluminando a Bricklin para darse cuenta de que él podía replicar el proceso en una computadora usando una 'hoja de cálculo electrónica' (electronic spreadsheet) para ver los resultados de las fórmulas subyacentes.
Sucesores
Aunque la hoja de cálculo electrónica fue una idea revolucionaria, Bricklin fue informado que sería poco probable que le concedieran una patente, así que él no pudo beneficiarse significativamente de su invención. En ese tiempo, en los Estados Unidos, las patentes no estaban disponibles para el software, así que pensó que el producto solo podía tener derechos de autor, y como el copyright se ocupa de la forma más que de la idea, los competidores podían copiar rápidamente el concepto y simplemente presentar el resultado en una diferente disposición sin infringir el copyright.
Charles Babcock de InformationWeek, en perspectiva, sostiene que, "VisiCalc era imperfecto y desgarbado, y no podía hacer muchas cosas que los usuarios querían que hiciera" [1]. Pronto, fueron lanzados más poderosos clones de VisiCalc, incluyendo SuperCalc (1980), MultiPlan de Microsoft (1982), Lotus 1-2-3 (1983), y el módulo de hoja de cálculo en AppleWorks (1984). Con Microsoft Excel (introducido para el Mac OS en 1985 y para Windows 2.0 en 1987), nació una nueva generación de hojas de cálculo. Debido a la carencia de una patente, ninguno de los desarrolladores de los clones VisiCalc tuvo que pagar cualquier derecho a VisiCorp.
La idea estaba tan libre, que incluso una hoja de cálculo, llamada TurboCalc, fue incluida en código fuente como una mero "ejemplo" de aplicación del compilador Turbo C de Borland.
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